1 Apóstol y
apostolado
2 Clases de
apóstol
1 APÓSTOL Y
APOSTOLADO
La palabra apóstol en griego significa enviado,
mensajero, embajador; y en sentido
cristiano: enviado para predicar el Evangelio a los hombres. Apostolado es,
por consiguiente, la acción misionera del apóstol.
Generalmente se entiende equivocadamente por apóstol sacerdote,
religioso, religiosa o cristiano que se consagra a Dios con votos u otros
vínculos para realizar acciones pastorales, de piedad, caridad, catequesis, liturgia,
vida sacramental en vida comunitaria o en el mundo. Pero en sentido teológico tiene
un sentido más amplio, pues todo cristiano es apóstol en virtud del bautismo
cuando ora como sabe y puede; recibe los sacramentos; ofrece al Señor su cruz
personal, familiar y social, completando
lo que faltó a la Pasión de Cristo, como nos dice San Pablo; cumple la
penitencia mandada por la Iglesia o elige otras discretamente por voluntad
personal; realiza el trabajo gustoso o lo padece o con paciencia y amorosamente
en estado de gracia; y ofrece a Dios la buena y sana recreación del cuerpo o
del alma con proyección apostólica.
2 CLASES DE
APÓSTOL
- Jesucristo, el apóstol Supremo y único, enviado por el Padre al mundo para comunicar a los hombres la Buena Nueva, el Evangelio y realizar la Redención;
- EL Papa, sucesor de San Pedro, representante de Cristo en la tierra, que tiene la misión de enseñar, regir y santificar a los hombres en el mundo;
- Obispos, sucesores de los Apóstoles, que juntamente con el Papa y bajo su obediencia gobiernan la Iglesia y una parcela de ella, llamada Diócesis que el Papa le encomienda;
- Sacerdotes, colaboradores de los Obispos en el gobierno de la Iglesia universal o diócesis.
- Religiosos de vida contemplativa o activa, cristianos consagrados a Dios al servicio de la Iglesia en la vivencia de un carisma específico expresado en unos estatutos aprobados por la Autoridad Jerárquica de la Iglesia.
- Seglares en sentido amplio cuando en gracia de Dios cumplen de la mejor manera posible su vida personal, familiar, laboral y social. pues la vida ordinaria santificada es en si misma esencialmente apostólica con el alimento de la oración, frecuencia de sacramentos y el ejercicio de virtudes.
En
consecuencia y resumiendo es objeto
de apostolado toda acción estrictamente sobrenatural, espiritual, humana buena,
o indiferente cristianizada, pues todo lo que se hace desde la fe y en estado
de gracia es obra santificadora y apostólica en el Cuerpo místico de la
Iglesia.
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