sábado, 22 de junio de 2013

DOMINGO DUODÉCIMO
TIEMPO ORDINARIO CICLO C
¿Quién dice la gente que soy yo?
             
            1 Encuesta sobre la persona de Jesús
            2 Conocimiento de los hombres
3 Conocimiento de Jesús
4 Medios para conocer a Jesús


1 Encuesta sobre la persona de Jesús
Nos cuenta el Evangelio que en el tercer año de la vida pública de Jesús, después de curar a un ciego en Betsaida, al llegar a Cesarea de Filipo, preguntó a sus discípulos  la opinión que tenía la gente sobre su persona: ¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?” (Mt 16,13-20).
Los discípulos fueron manifestando las opiniones que el pueblo tenía respecto de su Persona. Para unos era Juan Bautista; para otros  Elías,  y para otros uno de los antiguos profetas.
La gente  tenía  un concepto elevado de Jesús, como un gran profeta, taumaturgo, predicador,  pero no acertaron a conocer su personalidad divina, porque era  una persona divina que no podía ser conocida por la razón humana sino por la fe.
No toda encuesta es un criterio fiable para conocer la realidad de las personas y de las cosas, porque el resultado en muchos casos suele ser una opinión partidista, frecuentemente manejada políticamente. Muchas veces se hace con preguntas, hábilmente estudiadas,  a personas interesadas para conseguir la respuesta deseada.  Sin embargo, en algunos casos la encuesta es  necesaria, útil  o conveniente cuando está bien formulada con recta intención y se dirige a distintas personas de la misma o distinta ideología,  que van a responder con buena voluntad, libertad y recta conciencia.
Después de escuchar Jesús la opinión que tenía la gente acerca de su Persona,  se dirigió a sus discípulos y les preguntó:
Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?                                                             
Pedro, temperamental impulsivo, portador de los doce apóstoles,  sin que nadie le hubiera elegido para este oficio, le respondió:
Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo.                                                                      
Jesucristo le dijo:
Es verdad lo que tú has dicho, pero no lo dices por cuenta propia, sino por revelación del Padre que está en el Cielo.

            Si hoy un reportero preguntara a la gente en la calle quién es Jesucristo, obtendría distintas respuestas disparatadas unas, equivocadas otras,  pero la verdadera ninguna, porque el conocimiento de la realidad de la persona de Jesús es sobrenatural, objeto de fe, y no opinión de la gente.   No te preocupen las descalificaciones que la gente piensa y dice de ti, pues aunque sean calumniosas te sirven para hacerte humilde.   El Kempis nos dice: “No eres más porque te alaben ni menos porque te vituperen”, pues eres lo que eres delante de Dios,  infinitamente sabio y misericordioso.

2 Conocimiento de los hombres         
            Los hombres nos conocemos de diversas formas: unas veces de vista, cuando conocemos  a una persona con la que hemos intercambiado algunas palabras de simple educación o circunstancias: conocimiento visual; otras veces, cuando cruzamos con un vecino o conocido palabras ocasionales de saludo o tratamos con él asuntos triviales del momento: conocimiento  superficial. Nos conocemos, de manera imperfecta en la convivencia laboral en la que hablamos del trabajo y de acontecimientos que suceden: conocimiento laboral y circunstancial, conocimiento imperfecto. El conocimiento propio de los hombres se consigue en la convivencia familiar, amistosa y social donde  nos portamos como realmente somos, pues en otros lugares nos comportamos, adoptando posturas de educación, de fingimiento, o de vanidad.  No se sabe cómo somos hasta que convivimos juntos mucho tempo, y el conocimiento que se consigue es imperfecto.  Ni siquiera los psicólogos y psiquiatras, expertos en el conocimiento del hombre, conocen perfectamente al hombre. Solamente Dios lo conoce  totalmente como es en su interior, cómo piensa, obra y por qué.  
 
3 Conocimiento de Jesús
Si el conocimiento del hombre es muy difícil, el conocimiento de Jesús es humanamente imposible, porque es persona divina con naturaleza humana: Dos y hombre verdadero. A Jesús se le conoce solamente por la fe. Muchos cristianos, incluso creyentes, más o menos practicantes, conocen a Jesucristo nada más que de oídas: por la catequesis de primera comunión,  estudios, libros, medios de comunicación social,  conferencias culturales, y acaso por las homilías escuchadas en la liturgia de la Palabra de las misas del cumplimiento dominical o de celebraciones sacramentales o culturales. Pero ese conocimiento no es suficiente para conocer a Jesús.

            4 Medios para conocer a Jesús
            Hay varios modos de conocer a Cristo:
            - Por infusión mística que algunos cristianos, sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos, más o menos inteligentes, con poca o mucha cultura reciben del Espíritu Santo clases particulares  en diversos momentos y de muchas maneras sobre los misterios de la fe con mayor claridad y profundidad que muchos alumnos de una Universidad teológica;
            - por la oración común, ordinaria o extraordinaria;
- por la escucha atenta y piadosa de la Palabra de Dios;
-  por la lectura reposada de la Biblia;
-  por la lectura de libros espirituales;
- por cursillos, ejercicios espirituales, charlas, y conferencias;
- por el estudio del Catecismo de la Iglesia Católica, publicado por el Papa Juan Pablo II;
- y por la aceptación de los acontecimientos buenos y dolorosos de la vida que enseñan la sabiduría de la bondad que existe en el bien y en el mal, vividos, sufridos y ofrecidos a Dios.
             
 












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