SAN ISIDRO LABRADOR
(15 de Mayo de 2012)
De la vida de San Isidro Labrador se saben pocas cosas históricas que se puedan documentar, pues la mayoría de las biografías que existen de sus hechos y milagros se debe a la imaginación popular o devoción cristiana, extendida por todo el mundo. De él se cuentan más de cuatrocientos milagros. Muchos de ellos pertenecen más a la piadosa leyenda popular que a la Historia rigurosa. Uno de ellos fue el milagro de su hijo Illán que se cayó a un pozo de aguas profundas, y por su intercesión las aguas subieron a la superficie, y el niño, que por ley natural debería haber muerto, apareció completamente sano. La única biografía auténtica que existe del santo es la del franciscano Juan Diácono con el título Vita Sancti Isidoro, que fue escrita en latín en el siglo XIII, siglo y medio después de su muerte. No se conoce con exactitud el año de su nacimiento, que se supone tuvo lugar el año 1080 o 1082; ni tampoco quiénes fueron sus padres ni el lugar seguro de Madrid donde nació, ni donde vivió, ni cómo fue su niñez y juventud. Parece que fue bautizado en la antigua Parroquia de San Andrés. Cuando el ejército de almorávides tomó Toledo, se vio obligado a trasladarse a trabajar a Torrelaguna (Madrid), donde contrajo matrimonio con Toribia, luego Santa María de la Cabeza, con quien tuvo un hijo llamado Illán, tenido también por santo. Trabajó como pocero y bracero al servicio de la familia Vera en un lugar de Madrid, no conocido, como agricultor en la casa de la familia Vargas en cuyo humilde oficio ejercitó las virtudes cristianas en el fiel cumplimiento cristiano de las obligaciones familiares, laborales y sociales. Murió el 30 de Noviembre de 1172, a los noventa años de edad, y fue enterrado en el cementerio de la Parroquia. Su cuerpo incorrupto se conserva en la Colegiata de Madrid. Goya tuvo el buen gusto de pintarlo en una obra maestra que se conserva en la Biblioteca Nacional.
La tradición popular le atribuye la fama de hombre de oración, piadoso, humilde, sencillo y trabajador incansable, simple labrador, amante de Dios, cariñoso con los hombres e imitador muy diligente de la Sagrada Escritura. Sus biógrafos posteriores destacan de él un profundo amor a la Eucaristía, devoción a la Santísima Virgen y una gran caridad para con los pobres.
El papa Paulo V lo beatificó el 4 de Junio de 1619, y tres años más tarde el 12 de Marzo de 1622 fue canonizado por el papa Gregorio XV quien afirmó “que nunca salió para su trabajo sin antes oír, muy de madrugada, la santa misa y encomendarse a Dios y a su Madre Santísima”. Es patrono de Madrid y de todos los agricultores, y santo de devoción popular en todo el mundo. El Papa Juan XXIII el 16 de Diciembre de 1960 le nombró patrono de los agricultores y campesinos. San Isidro fue una persona buena que perfeccionó su bondad con una vida de oración, sacramentos y obras buenas. Al estar casado con Santa María de la Cabeza, ambos esposos santos tuvieron que superar las pequeñas dificultades de la convivencia, medios muy eficaces para conseguir la santidad.
Podríamos imitar de su vida las siguientes virtudes: la oración habitual, humildad auténtica, sencillez naturalmente virtuosa, silencio virtuoso y trabajo santificador y apostólico, amor a la Eucaristía y caridad para con los pobres, virtudes al alcance de cualquier cristiano común, sin querer imitar a santos excepcionales, únicos que Dios suscita entre los hombres, modélicos en la Iglesia Católica, que son admirables en sus actos y sólo imitables en sus actitudes.
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