sábado, 30 de noviembre de 2013

 CICLO A 2013  -  2014
       1 de  Diciembre 2013 – 23 de Noviembre 2014


PRIMER DOMINGO DE ADVIENTO
CICLO A
“A la hora que menos penséis vendrá el Hijo del hombre”

Adviento
            La palabra adviento proviene del latín y en su sentido etimológico significa venida o llegada de alguien o de algo bueno.  Supone la espera de un bien, porque el mal no se espera, no se quiere o se teme. En el imperio romano Adviento se utilizaba para esperar la llegada de un personaje histórico o un acontecimiento singular, que suponía un tiempo de intensa preparación. La Iglesia en los primeros tiempos de su origen acopló la palabra adviento en la liturgia para significar el tiempo de preparación para celebrar el solemne  nacimiento de Jesús. Después de muchos estudios y cambios en su evolución el Adviento quedó reducido a cuatro semanas, que hasta hoy se mantiene después de muchos siglos.
 Adviento en una perspectiva teológica es un tiempo de preparación para la venida de Jesús que está viniendo siempre a los fieles en la Iglesia con una presencia teológica de una acción buena que se espera con ilusión, una presencia sacramental de un sacramento que se va a recibir, principalmente el de la Eucaristía. Cuando los cristianos  celebramos el sacrificio de la Eucaristía, Jesús resucitado y glorioso, el mismo que está en el Cielo, viene a la Iglesia sacramentalmente en cuerpo, sangre, alma y divinidad para ser alimento de las almas, objeto de adoración, culto y compañía.


            Estad preparados porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre.
El Hijo del hombre, Jesucristo vendrá a la hora de nuestra muerte, el día y la hora que menos pensemos, que nadie sabe. Será una realidad sorprendente. La última venida será a la hora de nuestra muerte, y después tendrá lugar el juicio particular con carácter eterno,  en el que Jesús juzgará todos los actos de nuestra existencia. Será de alegría, temor, miedo o esperanza. De alegría para los santos que esperan ver a Dios para gozar de Él eternamente, felicidad total que no tiene parangón.  Adviento es la esperanza de la alegría; de temor para los pecadores que dudaron en la tierra del premio o castigo; de miedo para los que sirvieron a Dios con tibiezas, medianías, zozobras, miserias, debilidades y defectos; de misericordia para hombres y mujeres ignorantes de las cosas de Dios, que cumplieron la ley natural moral  con sincero corazón; de equivocación para los que vivieron la fe que conocieron con buena voluntad  y otros, sin cuento, que por diversas causas, sin malicia, confundieron  el bien por el mal,  y serán juzgados por la ley de la recta conciencia; de taras para los que por diversas patologías no discernieron el  recto juicio del bien y del mal, que serán  juzgados por la sabiduría misericordiosa de Dios más que por la ley moral.









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