martes, 14 de mayo de 2019

San Isidro Labrador, patrón de Madrid


BIOGRAFÍA


Se podría decir que San Isidro Labrador es uno de los santos canonizados por la Iglesia que pertenece al Silencio, pues históricamente se saben muy pocas cosas de su vida.
No se conoce con exactitud el año de su nacimiento, que se supone que tuvo lugar al final del siglo XI, el año 1080  o 1082; ni tampoco quiénes fueron sus padres ni el lugar seguro de Madrid donde nació, ni  donde vivió  su niñez y juventud y ni cómo fue.
Parece que fue bautizado en la antigua Parroquia de San Andrés. Murió el 30 de Noviembre de 1172, a los noventa años de edad, y fue enterrado en el cementerio de la Parroquia. Su cuerpo incorrupto se conserva en la Colegiata de Madrid. Goya tuvo el buen gusto de pintarlo en una obra maestra que se conserva en la Biblioteca Nacional.
La única biografía auténtica que existe del santo fue la del franciscano Juan Diácono, escrita en latín en el siglo XIII, siglo y medio después de su muerte: Vita Sancti Isidori. En ella se nos dice que fue un simple labrador amante de Dios, cariñoso con los hombres e imitador muy diligente de la Sagrada Escritura. Sus biógrafos posteriores destacan de él un profundo amor a la Eucaristía, devoción a la Santísima Virgen y una gran caridad para con los pobres. El papa Paulo V lo beatificó el 4 de Junio de 1619, y tres años más tarde el 12 de Marzo de 1622 fue canonizado por el papa Gregorio XV  quien afirmó “que nunca salió para su trabajo sin antes oír, muy de madrugada, la santa misa y encomendarse a Dios y a su Madre Santísima”.

Se dice que trabajó como pocero y bracero al servicio de la familia Vera en un lugar de Madrid, no conocido. Cuando el ejército de almorávides tomó Toledo, se vio obligado a trasladarse a trabajar a Torrelaguna (Madrid) donde contrajo matrimonio con Toribia, luego Santa María de la Cabeza con quien tuvo un hijo llamado Illán, tenido también por santo. Después regresó a Madrid y se puso a servir como agricultor en la casa de la familia Vargas en cuyo humilde oficio de labrador ejercitó las virtudes cristianas en el fiel cumplimiento cristiano de las obligaciones familiares, laborales y sociales. 
La tradición popular le atribuye la fama de hombre de oración, piadoso, humilde, sencillo  y trabajador incansable.  De él se cuentan más de cuatrocientos milagros. Muchos de ellos pertenecen más a la piadosa leyenda popular que a la rigurosa Historia. Uno de ellos fue que  su hijo Illán  se cayó a un pozo de aguas profundas y se dice, entre otras versiones, que por intercesión de San Isidro las aguas subieron a la superficie, y el niño que por ley natural debería haber muerto, apareció completamente sano.
Es patrono de Madrid y de todos los agricultores, y santo de devoción popular en todo el mundo. El Papa Juan XXIII el 16 de Diciembre de 1960 le nombró patrono de los agricultores y campesinos.
  

SANTIDAD DE SAN ISIDRO

El santo es una persona buena, divinizada por el bautismo, en el que recibió la gracia, participación analógica de la Santidad de Dios, que perfeccionó con una vida de oración, sacramentos y obras buenas. La bondad humana, potenciada por la gracia,  es el fundamento sobre el que se construye el edificio de la santidad  de muchas maneras. Así como cada persona es específicamente distinta, aunque tiene la misma naturaleza humana, cada santo, teniendo la misma santidad esencial, es diferente  con su propia santidad específica.
No hay ningún santo en el Cielo exactamente igual a otro, como no existe tampoco en el mundo ninguna persona exactamente igual a otra. En esto se demuestra la infinita sabiduría de Dios, que nunca se repite en sus obras, cosa que nunca sucede en la sabiduría de los hombres.
Al estar casado San Isidro y ser padre de un niño ambos esposos santos tuvieron que superar las pequeñas dificultades de la convivencia, medios muy eficaces para conseguir la santidad. Cada uno tendría que aceptar con amor comprensivo los pequeños defectos naturales de  la manera de ser diferente y santa del otro,  sin que resultara importante problema. Porque se querían mucho, ambos buscaban a Dios y trabajaban por conseguir la carrera de la santidad. Las pequeñas trifulcas y roces en familia se deben, en su mayoría, a la falta de mutua comprensión, de humildad y sacrificio.
Al estar casado San Isidro y ser padre de familia ejerció la comprensión en la santa comunidad familiar que conlleva pequeños sacrificios de amor; en la comunidad laboral, al trabajar en la agricultura de entonces a expensas  de un amo rico, cosa que en aquella época era casi una esclavitud, una sumisión total a una autoridad despótica; tendría  que soportar en silencio muchas injusticias sociales, el duro trabajo primario del campo al amparo de las inclemencias del tiempo, sufrir la dura convivencia con otros agricultores diferentes en ideas políticas y religiosas, las circunstancias normales que suceden en la vida, y otras eventualidades que surgen de manera imprevista en cada momento. 

Podríamos sintetizar la biografía de San Isidro  destacando en él una vida de oración habitual, humildad auténtica, sencillez naturalmente virtuosa, silencio virtuoso y  trabajo santificador y apostólico. Esta manera de ser santo está  al alcance de cualquier cristiano.


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