sábado, 28 de diciembre de 2013

SAGRADA FAMILIA
Jesús, María y José

La Sagrada Familia compuesta por la Virgen María, San José y el Niño Jesús, es la Trinidad de la Tierra. Llevó  durante su tiempo histórico de treinta años una vida oculta, sencilla y ordinaria, sin grandes acontecimientos. María en su papel de Madre de Dios y de todos los hombres, Corredentora del género humano no hizo otra cosa siempreque hacer bien y con  amor divino lo que tenía que hacer en una vida ordinaria; su castísimo esposo San José, que colaboró en la Redención, como esposo de la Virgen María y padre legal del Niño Jesús, con su oración y trabajo común de un simple obrero; y por fin Jesús, divino obrero, como Redentor principal redimió al mundo en tres etapas: vida oculta durante treinta años, casi toda su vida, dedicado a la oración, al trabajo común de la vida ordinaria en obediencia, dando a este género de vida categoría sobrenatural,  corredentora. El evangelio  nos ha facilitado pocos datos para conocer la infancia de Jesús. Desde la vuelta de la Sagrada Familia de Egipto a Nazaret, solamente conocemos el episodio del Niño Jesús, perdido y hallado en el templo a los doce años. El resto de su vida hasta los treinta años hay que imaginarla, pensando en un niño, un joven y un adulto de categoría de superdotado, como si fuera un niño un joven y un adulto normal, sin parecer que era Dios. La vida pública de Jesús duró tres años, dedicado a la predicación del evangelio y realización de milagros para testimoniar su misión redentora en el mundo; y la tercera etapa fue de pasión, muerte y resurrección que duró tres días.
            Pablo VI definió la vida de la Sagrada Familia en la siguiente frase proverbial que voy a reseñar: “Nazaret es la escuela donde se comienza a entender la vida de Jesús: la escuela del Evangelio. Es una lección de silencio, de vida familiar, de trabajo” (Pablo VI, 05-01-1964).

- Nazaret lección de vida familiar
- y Nazaret lección de trabajo

            Entre los tres miembros de la Sagrada Familia existía una perfecta y santa armonía con pequeños sacrificios por la manera santa de ser de cada persona  la convivencia y dificultades de la vida, que eran aceptados y comprendidos con el amor caritativo, que todo lo comprende y diviniza, y sabiendo que lo que ocurre es obra de Dios para bien de su gloria y de los hombres, dentro del misterio de la salvación. 
            De la vida de San José y de la de la Virgen María no se sabe nada históricamente. Es objeto de la piadosa imaginación para la oración personal y comunitaria,  digna de ser imitada, sabiendo que su valor es infinito, santificador y redentor.


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